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Google enfrenta desafío para comprar Fitbit debido a autoridad australiana

Google Fitbit

La autoridad reguladora de Australia, anunció este martes, que retrasará durante tres meses, su decisión sobre la compra de Fitbit por parte de Google.

MUNDO

El aplazo de la autoridad australiana es un nuevo obstáculo para Google en la adquisición del fabricante de monitores de rastreo físico.

Hace una semana, la Unión Europea (UE), autorizó a Google a realizar la compra de “Fitbit” por un valor total de 2.100 millones de dólares. Sin embargo, la empresa, debía restringir los datos de los usuarios y garantizar el funcionamiento de los dispositivos portátiles durante al menos 10 años.

Sin embargo, el aplazo presentado por la autoridad australiana representa un nuevo desafío para la empresa y sus planes a futuro con respecto a la transacción. Dado que ahora deberá esperar hasta marzo de 2021, por la decisión oficial de Australia con respecto a la compra de Fitbit.

Google y Fitbit: ¿Un posible monopolio?

Inicialmente la UE mostró su preocupación con respecto a la adquisición de Fitbit por parte del gigante tecnológico ubicado en Silicon Valley. Dado que la compra implicaría una importante ampliación de la base de datos de la empresa, gracias a los nuevos usuarios.  

De esta forma, Google podría utilizar la información obtenida para personalizar los anuncios publicitarios y así obstaculizar o limitar a la competencia. Por lo que a juicio de la Unión Europea, dicha transacción podría convertirse en un nuevo monopolio.

Otra de las preocupaciones del organismo residía en la posible limitante de la API de Fitbit y de terceras compañías, por parte de la empresa para ejercer un mayor control. Además de emplear dicha herramienta para mejorar y posicionar a Android por encima de cualquier dispositivo de la competencia.

Australia determinará el futuro de Fitbit

Ante dicho escenario, Google se comprometió a no utilizar los datos de los dispositivos de Fitbit para mejorar su sistema de anuncios. De igual forma, afirmó no emplear los datos recopilados por el servicio de GPS o los insertados manualmente por los usuarios de los dispositivos.

Pese al compromiso de Google, la Comisión Australiana de la Competencia y la Defensa del Consumidor (ACCC), se manifestó contra dicho acuerdo. Su presidente, Rod Sims afirmó mediante un comunicado, no estar satisfecho con la vigencia a largo plazo impuesta hacia Google.

Sims agregó que la ACCC teme por el futuro de empresas rivales como Apple, y su posible salida del mercado de los dispositivos “wearable”. Motivado a su dependencia del sistema Android de Google y sus otros servicios para alcanzar a un mercado global.

La ACCC investigará los posibles escenarios de monopolio derivados de la compra de Fibit y finalmente anunciará su decisión el próximo 25 de marzo. Mientras tanto, Google expresó sentirse decepcionados por el aplazamiento de la decisión, aunque indicó su intención de colaborar con la autoridad para obtener la autorización del ente australiano.